25 julio 2012

SÁBADO...


Sábado.

Pearl Jam al palo y un chabon intentando ensuciar su voz como si la letra no importara, como si lo que se dice no mereciera ser gritado. “Do the evolution” dijo y no entendía siquiera lo que decía. Lolo trajo una birra, una Quilmes heladísima y me presento a uno del monton, que hacia las veces de fotógrafo, que hacia las veces de periodista y que trabajaba con él. Un estereotipado flaco enamorado del rock. No me puso a prueba y con un “que buen tema, loco” me infiltre como Facundo Pastor intentando que nadie advirtiera que el pop sencillamente me daba igual, casi lo mismo. 

 
Un pendejo se acerco, y me dijo que estaba bueno verse fuera de la oficina – trabaja en una aseguradora-. Me sentí un puto número, un adulto.

Advertí dos fichines. Uno, el Street Fighter. Lolo me dijo que no entendia como recordaba todas las tomas. Solo dije “es el Street Fighter salame”. Nunca le señale, sin embargo, que se trataba del Hyper Fighting y que el Hat Trick Hero, una joyita futbolera del ´93, era lo que resplandecía  a nuestra derecha.

03.00. Nueva banda, nuevos covers. Attaque sonaba y verdaderamente no lo hacia tan mal. Espere paciente algo de “El cielo puede esperar” pero nunca llego. La banda caia bien y por eso lanzaba numerosos regalos al aire o lanzaba numerosos regalos y por eso caia bien.  El subsuelo se lleno. Mucha mina, mucho delineador y demasiada palidez: un film de Burton. Gracias Tim.

Lolo insistio con subir. Necesitaba respirar, prender un faso y así respirar. Se acerco al balcón y yo hice lo mismo respecto al baño. Opte por ir al de las burtonianas, pensando que quizás existiese la leve posibilidad de que no estuviera lleno o tan. No había ninguna y orine con gusto el contorno total de la tabla. Uno de estos inflados me saco. Alguien saco la verga en medio del pasillo y meo la puerta de ingreso del baño de hombres. Viloni me soltó y prefirió llevarse al que demostraba una rebeldía superior a la mia. Envidie al flaco y pense en el sin número de veces que debí mear puertas, ventanas, materias, cajeros, amigos y oportunidades.

Lolo estaba en la barra con cara complaciente e intentando – falsamente – pagar una birra que vino de arriba. Durante dos minutos mantuvo la misma face de “pero por favor, no hacia falta”.  Y sí lo hacia.

04.00. El alcohol es increíble. Alguien debería escribir acerca del poco difundido efecto curativo que encierra. Lolo escucha fuerte y claro como pregona la publicidad del orto esa. A mi, a su vez, me brinda la facultad de ser no claro pero si menos engorroso, algo que persegui y persigo constantemente. En ese momento podría haber hablado de cualquier cosa. Pero hable del Rey León, de Hakuna Matata y de tatuajes. Me dijo: “nada que ver, no es de puto y esta bueno”. Pense: esta debería ser la última.

04.30. Me percate de la presencia de un numeroso contingente de MILFS. Pensaba en la edad y en eso de que si aun con 30 a cuestas podía permitirme llamarlas así. Me interrumpió Lolo que estaba a grito limpio (como diría mi grandma). El inflado o descerebrado o puto; o inflado descerebrado y puto lo increpaba, esta vez no por un meo sino por un pucho. El intríngulis era territorial, y mi friend reclamaba su derecho a fumarse un caño básicamente donde se le cantara el orto.

´30 segundos más tarde, grosito tenia la pilcha en la mano y Lolo bueno…Lolo tenia todo su ingenio e inventivo fomentado por el alcohol. Así esbozo un “te pensas que por que tenes dos o tres musculitos más que yo”. El alcohol curara muchas cosas…menos la vista.

 "THIS LAND IS MINE; THIS LAND IS FREE, I´LL DO WHAT I WANT BUT IRRESPONSIBLY. IT´S EVOLUTION, BABY".



05.50. Desperté lejos de casa. “Yo me fui caminando por ahí, la ciudad se duerme y yo me desespero”

Domingo.




06 enero 2012

Lo viejo y lo nuevo…dos conceptos en constante pugna - Las tétradas en el Far West:

“Descubrimos que todo lo que el hombre hace, cada procedimiento, cada estilo, cada artefacto, cada poema, canción, pintura, aparato, herramienta, teoría, tecnología – cada producto del esfuerzo humano – manifestaba las mismas cuatro dimensiones.”
Si delante de mí se encontrara una corte y no el monitor de la PC no encontraría mejor alegato que este fragmento para justificar la elección del tema. Puesto que “todos los artefactos del hombre son extensiones del cuerpo humano o de la mente” Mc Luhan nos ofrece la total libertad de aplicar estas tétradas a cualquier rincón que la imaginación nos permita. En mi particularmente, lo que proporciona es el lujo de desarrollar una pequeña visión del genero cinematográfico denominado Western (o mas específicamente “esas de vaqueros”).

Como el genero en si mismo es imposible de acaparar (menos aun en esta pequeña nota) la premisa será enfocarnos en uno de los films mas significativos del genero.

Sin embargo, y antes de evidenciar la incógnita, es preciso deslindar algunos aspectos propios de la categoría en sí.
Los Western manifiestan un concepto de historia que tiene como basamento a otro concepto que es el de progreso. Es esta oposición que veíamos en el título entre lo nuevo y lo viejo. Hace tiempo leí (no recuerdo específicamente donde) que los western funcionaban de manera semejante a como lo hacían las ideas de sarmiento. Así como para este la civilización era posible solo con la desaparición de la barbarie, para el western lo viejo debía perecer para posibilitar la llegada de un nuevo orden.
De esta manera podemos esgrimir las primeras dos grandes leyes que, según el autor, vienen casi de la mano. Lo que se intensifica o extiende es el progreso y lo que caduca en consecuencia es el propio pasado.
A la Hora señalada (High Noon) o la evolución del Western.
Gary Cooper interpreta majestuosamente a Will Kane, un Sheriff recientemente casado y próximo a retirarse de su actividad. Momentos previos a su partida del pueblo, se propaga la noticia del arribo en el tren de las 12 de Frank Millar (Ian Mac Donalds) un criminal encarcelado hace 5 años por Kane y que regresa con ansias de perpetrar su venganza. El Sheriff decide enfrentarse nuevamente a el a pesar de la insistencia del pueblo de que huya y los deje. La historia básicamente es esa, no obstante lo saliente del film radica en la desesperada insistencia con la que Kane intenta recluir quien pueda ayudarlo. La respuesta que recibe, del mismo pueblo al cual libero, es una constante y cobarde negativa.

Mas allá del sin fin de atributos con los que cuenta el film, lo que verdaderamente llamo mi atención es el excelente uso que hace del concepto del tiempo. Este adquiere a lo largo de los casi 85 minutos de metraje mas protagonismo que el mismísimo Gary Cooper y Grace Kelly. Casi como si se tratase de un capitulo de la serie 24, los minutos transcurren en tiempo real y las reiteradas tomas hacia los relojes repercuten en que cada espectador se identifique con lo que se avecina: Kane en total soledad enfrentando a los matones.















Extiende, plantea y muta hacia un nuevo genero que pone al suspenso como principal soporte y relega a un segundo plano la presencia de la acción.
Lo certero del film de Zinnemann consiste en tratar al western como un género que tiene una imperiosa necesidad de contenido. Es una historia que bien podría desarrollarse en otros géneros. Aquí el oeste es lo de menos.
Caduca la figura del héroe tradicional, presentando un protagonista muy humano que se opone drásticamente al denominador común de las películas del oeste. Esta nueva imagen revela mediante su tono de voz, su sudor, su postura y su palidez que tiene miedo y este mismo miedo es el que lo insita a humillarse al punto de implorar por ayuda.
Recupera La identificación del público con el protagonista. Kane es uno más y no representa al John Wayne intachable, justiciero y alejado de todo. Sin embargo no es un cobarde, solo representa a un hombre común y corriente que teme a la muerte.
Invierte En este punto me voy a permitir recaer en la descripción de dos aspectos. El primero mucho mas relacionado a los vaivenes del genero y el segundo íntimamente ligado a una impresión. (es probable que en este ultimo me confunda, pero no es del todo errado hacerle caso a los impulsos de vez en cuando).
Vayamos entonces con el primero. El género invierte en una inmensa subclase que encontró su apogeo en la década del 60 y que no es otra que la del Spaghetti western. El término, acuñado a modo de burla por los críticos, tomaba de su par americano los elementos básicos pero los reconstruía con originalidad destacando lo que hasta entonces Hollywood solo sugería. Escapaba de los grandes estereotipos del justiciero bueno y la marcada figura malvada.
El segundo aspecto proviene de esta exaltación del antihéroe que mencionábamos. Por contraposición presenta la facultad de recordarnos que parte de la existencia humana esta dada por los errores. La película difunde de una manera poco sutil las peores miserias humanas. Expone un mensaje pesimista que denota como la misma condición humana es propensa a adquirir actitudes egoístas y malvadas. La propia naturaleza de los seres mortales es la inversión.
En definitiva High Noon es una obra inmejorable, pequeña en cuestiones netamente económicas pero colosal y llena de aspiraciones en torno a lo que quiere contar.


Bibliografía

  • Eric y Marshall Mcluhan. Leyes de los medios.
Links
  • http://es.wikipedia.org/wiki/Western
  • http://www.imdb.com/name/nm0000011/
  • http://www.youtube.com/watch?v=SkNu4-sSglY
  • http://www.imdb.com/name/nm0000078