Sábado.
Pearl Jam
al palo y un chabon intentando ensuciar su voz como si la letra no importara,
como si lo que se dice no mereciera ser gritado. “Do the evolution” dijo y no entendía
siquiera lo que decía. Lolo trajo una birra, una Quilmes heladísima y me
presento a uno del monton, que hacia las veces de fotógrafo, que hacia las
veces de periodista y que trabajaba con él. Un estereotipado flaco enamorado
del rock. No me puso a prueba y con un “que buen tema, loco” me infiltre como
Facundo Pastor intentando que nadie advirtiera que el pop sencillamente me daba
igual, casi lo mismo.
Un pendejo
se acerco, y me dijo que estaba bueno verse fuera de la oficina – trabaja en
una aseguradora-. Me sentí un puto número, un adulto.
Advertí dos
fichines. Uno, el Street Fighter. Lolo me dijo que no entendia como recordaba
todas las tomas. Solo dije “es el Street Fighter salame”. Nunca le señale, sin
embargo, que se trataba del Hyper Fighting y que el Hat Trick Hero, una joyita
futbolera del ´93, era lo que resplandecía
a nuestra derecha.
03.00.
Nueva banda, nuevos covers. Attaque sonaba y verdaderamente no lo hacia tan
mal. Espere paciente algo de “El cielo puede esperar” pero nunca llego. La
banda caia bien y por eso lanzaba numerosos regalos al aire o lanzaba numerosos
regalos y por eso caia bien. El subsuelo
se lleno. Mucha mina, mucho delineador y demasiada palidez: un film de Burton.
Gracias Tim.
Lolo
insistio con subir. Necesitaba respirar, prender un faso y así respirar. Se
acerco al balcón y yo hice lo mismo respecto al baño. Opte por ir al de las
burtonianas, pensando que quizás existiese la leve posibilidad de que no
estuviera lleno o tan. No había ninguna y orine con gusto el contorno total de
la tabla. Uno de estos inflados me saco. Alguien saco la verga en medio del
pasillo y meo la puerta de ingreso del baño de hombres. Viloni me soltó y
prefirió llevarse al que demostraba una rebeldía superior a la mia. Envidie al
flaco y pense en el sin número de veces que debí mear puertas, ventanas,
materias, cajeros, amigos y oportunidades.
Lolo estaba
en la barra con cara complaciente e intentando – falsamente – pagar una birra
que vino de arriba. Durante dos minutos mantuvo la misma face de “pero por
favor, no hacia falta”. Y sí lo hacia.
04.00. El
alcohol es increíble. Alguien debería escribir acerca del poco difundido efecto
curativo que encierra. Lolo escucha fuerte y claro como pregona la publicidad
del orto esa. A mi, a su vez, me brinda la facultad de ser no claro pero si
menos engorroso, algo que persegui y persigo constantemente. En ese momento podría
haber hablado de cualquier cosa. Pero hable del Rey León, de Hakuna Matata y de
tatuajes. Me dijo: “nada que ver, no es de puto y esta bueno”. Pense: esta debería
ser la última.
04.30. Me
percate de la presencia de un numeroso contingente de MILFS. Pensaba en la edad
y en eso de que si aun con 30 a
cuestas podía permitirme llamarlas así. Me interrumpió Lolo que estaba a grito
limpio (como diría mi grandma). El inflado o descerebrado o puto; o inflado descerebrado
y puto lo increpaba, esta vez no por un meo sino por un pucho. El intríngulis
era territorial, y mi friend reclamaba su derecho a fumarse un caño básicamente
donde se le cantara el orto.
´30 segundos más tarde, grosito tenia la pilcha en la mano y
Lolo bueno…Lolo tenia todo su ingenio e inventivo fomentado por el alcohol. Así
esbozo un “te pensas que por que tenes dos o tres musculitos más que yo”. El alcohol curara muchas cosas…menos
la vista.
"THIS LAND IS MINE; THIS LAND IS FREE, I´LL DO WHAT I WANT BUT IRRESPONSIBLY. IT´S EVOLUTION, BABY".
05.50. Desperté lejos de casa. “Yo me fui caminando por ahí, la ciudad se duerme y yo me desespero”
05.50. Desperté lejos de casa. “Yo me fui caminando por ahí, la ciudad se duerme y yo me desespero”
Domingo.